Las agruras, también conocidas como reflujo gastroesofágico o acidez estomacal, son uno de los problemas digestivos más comunes. Muchas personas experimentan esta sensación de ardor en el pecho o la garganta después de comer, pero rara vez piensan que podría estar relacionada con problemas más graves, como el cáncer. La pregunta de si el reflujo gastroesofágico puede causar cáncer es legítima y merece ser aclarada. En este artículo, vamos a analizar cómo el reflujo crónico puede aumentar el riesgo de cáncer y qué medidas tomar para prevenirlo.
El reflujo gastroesofágico (RGE) es una condición en la que el ácido del estómago regresa hacia el esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago. Este proceso ocurre cuando el esfínter esofágico inferior, que actúa como una válvula entre el esófago y el estómago, no se cierra correctamente o se relaja en momentos inapropiados. Como resultado, los ácidos gástricos irritan el revestimiento del esófago, causando esa sensación de ardor que conocemos como agruras.
El reflujo ocasional no suele ser motivo de preocupación, pero cuando ocurre de forma regular y se convierte en una afección crónica, puede afectar la calidad de vida y causar complicaciones más serias.
El reflujo gastroesofágico crónico, si no se trata adecuadamente, puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en el esófago, específicamente en una forma conocida como adenocarcinoma esofágico. Este tipo de cáncer está vinculado a una afección llamada esófago de Barrett, que ocurre cuando el revestimiento normal del esófago cambia debido a la exposición constante a los ácidos del estómago.
El esófago de Barrett es una condición precursora, lo que significa que no todos los pacientes con esófago de Barrett desarrollarán cáncer, pero sí tienen un riesgo significativamente mayor. Este cambio en el tejido esofágico es considerado una forma de metaplasia, en la cual las células normales del esófago se transforman en un tipo de célula más resistente al daño por ácido, pero que también puede volverse cancerosa con el tiempo.
El esófago de Barrett es una complicación seria del reflujo gastroesofágico crónico. Esta condición ocurre cuando la mucosa que recubre el esófago se ve dañada por los ácidos del estómago durante un largo período de tiempo, lo que provoca cambios en las células que recubren el esófago. Estas células alteradas, llamadas células metaplásicas, pueden ser más propensas a mutaciones genéticas y, en algunos casos, pueden convertirse en células cancerígenas.
Aunque no todas las personas con esófago de Barrett desarrollan cáncer de esófago, los estudios han demostrado que quienes tienen esta afección tienen un riesgo mucho mayor que la población general. Es por eso que, en personas con reflujo crónico, los médicos a menudo recomiendan realizarse estudios regulares (como una endoscopia) para detectar cambios tempranos en el esófago.
No todos los casos de reflujo gastroesofágico llevan al cáncer, pero ciertos factores aumentan el riesgo de que esta afección evolucione hacia un problema más grave. Entre los factores de riesgo más importantes se incluyen:
El riesgo de que el reflujo gastroesofágico cause cáncer de esófago puede disminuir significativamente con un tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida. Algunas de las medidas preventivas que puedes tomar incluyen:
El reflujo gastroesofágico ocasional no suele ser motivo de preocupación, pero cuando se convierte en una afección crónica y no se trata adecuadamente, puede aumentar el riesgo de desarrollar complicaciones graves, incluido el cáncer de esófago. Es importante que si experimentas síntomas frecuentes de reflujo, como acidez estomacal o regurgitación, consultes a un médico para recibir un diagnóstico adecuado y tomar las medidas necesarias para evitar complicaciones a largo plazo.
Si padeces reflujo gastroesofágico crónico, realizarte estudios regulares y seguir las recomendaciones médicas puede ayudar a detectar problemas de forma temprana y reducir el riesgo de cáncer.
El Dr. Francisco Vélez Pérez es Médico Cirujano General egresado de la Universidad La Salle, y cuenta con una certificación de Alta Especialidad en Cirugía Hepato-Pancreato-Biliar por la Universidad Nacional Autónoma de México.